En la obra pasarán 90 minutos divertidos (puede fallar je), sin que estén reñidos con la emoción y la reflexión, al contrario, no hay mejor vehículo para esta combinación que la comedia que proponen el Elenco Estable de La Casa del Poeta junto a D&C teatro Independiente.
La autora y directora (Graciela Pereyra)se sirve de un día en la vida de una familia que, aunque nos haga reír, no la desearíamos como parientes (con algunas excepciones, afortunadamente).
Una madre y abuela (Susana Molinari) llega a intentar “corregir” la injusticia que comete su hijo Zacarías (Omar Lovisolo) contra su otro hijo David (Daniel Pérez), los métodos que ella utiliza no son muy “pedagógicos”. José (Emiliano Matina), el hijo mayor de Zacarías, es cómplice de su padre en todos los planes que éste elabora para quedarse con el patrimonio de David. El hijo menor de Zacarías, Pedro (Franco Lovisolo), es un joven tímido e inocente, utilizado y maltratado, que cuida a su tío David con la ayuda de María (Sol Martínez), una jovencita simple, dulce y sencilla. Pedro y María tienen un vínculo que los protege del entorno y los une a David.
En la obra hay un personaje “fundamental”, que con su omnipresencia cubre todo lo que nuestras fantasías o creencias, según sea el caso, desea: Ampara y protege a quienes se lo merecen, impartiendo justicia.
Entre mística y satírica la obra plantea una mirada crítica sobre la relación del hombre con el hombre. Pero, más allá de toda creencia, tal vez desde una búsqueda de esperanza para la humanidad y desde nuestra humanidad, ingenuamente, nos dice: “¡Sonríe! Dios te ama”